La llamada de atención llega en un momento en que la inversión europea dentro del fondo noruego se ha reducido notablemente. Hace una década, el 26 % de sus activos estaban en acciones del continente. Hoy, esa cifra ha descendido al 15 %, reflejando una caída significativa de la confianza en el entorno económico europeo.

Y es que, según los responsables del fondo, los obstáculos estructurales siguen lastrando el crecimiento y el dinamismo de los mercados bursátiles europeos.

El fondo noruego y su visión sobre los mercados de capitales europeos

El fondo de inversión estatal de Noruega, que istra 1,9 billones de dólares, posee en promedio un 2,5 % de todas las compañías cotizadas en Europa. Esto lo convierte en un actor clave dentro del entramado económico del continente, por lo que su opinión y sus movimientos tienen un gran peso en los círculos financieros.

Malin Norberg, jefa de estrategias de mercado del fondo, ha destacado la urgencia del momento y la necesidad de que los responsables políticos europeos actúen con ambición. Desde su punto de vista, los problemas que afectan a los mercados de capitales europeos no se solucionarán con simples ajustes, sino que requieren cambios estructurales profundos.

Instar a una armonización legal y fiscal en los mercados de capitales europeos

Uno de los principales frenos al desarrollo de estos mercados es la fragmentación legal entre los países de la Unión Europea. Las leyes nacionales sobre valores, las normativas corporativas y los marcos de insolvencia varían demasiado entre sí. Esto genera una complejidad innecesaria y desincentiva la inversión transfronteriza.

El fondo noruego propone una armonización normativa que permita crear un mercado de capitales verdaderamente integrado. Esto incluye también la necesidad de establecer una supervisión financiera única a nivel europeo, capaz de fomentar la transparencia, la estabilidad y la confianza en el sistema.

Inversión, innovación y liquidez

Otro aspecto crítico identificado es la falta de liquidez en los mercados bursátiles del continente. Mientras Estados Unidos y varias bolsas asiáticas ofrecen entornos vibrantes y con gran capacidad de respuesta, los mercados de capitales europeos han perdido atractivo para las empresas y los inversores.

Según los expertos del fondo, mejorar la liquidez no depende tanto de una mayor regulación, sino de potenciar la competencia y la innovación. Un mercado flexible, ágil y moderno puede convertirse en una palanca de desarrollo para atraer nuevas compañías, especialmente en sectores tecnológicos, donde Europa ha perdido terreno.

El impacto de la deslocalización empresarial

Una de las consecuencias más visibles de esta falta de dinamismo ha sido la salida de empresas europeas hacia Estados Unidos. Compañías como Spotify, Klarna o Arm Holdings han optado por cotizar en bolsas estadounidenses, donde encuentran mayor capital disponible, procesos más sencillos y mayor visibilidad internacional.

Esta tendencia no solo afecta la imagen del continente, sino también su capacidad para generar empleo, fomentar la innovación y asegurar ingresos fiscales. Que los mercados de capitales europeos no resulten atractivos para las empresas nacidas en el propio continente debería ser un motivo de seria preocupación.

Menos empresas cotizadas, menos oportunidades de inversión

El número total de compañías europeas en las que el fondo puede invertir ha disminuido en un 25 % en los últimos diez años. Este dato refleja cómo el entorno económico se ha vuelto menos propicio para que las empresas salgan a bolsa. La excesiva burocracia, los elevados costes de cumplimiento y la incertidumbre legal alejan a muchos emprendedores de los mercados públicos.

Según Emil Framnes, jefe global de renta variable del fondo noruego, a Financial Tiemps, Europa necesita repensar su modelo si quiere recuperar atractivo. No basta con compararse con otros mercados, hay que facilitar el crecimiento desde dentro. Los inversores institucionales necesitan oportunidades nuevas, y eso solo será posible si se fortalece el ecosistema empresarial europeo.